Este fue el peor día de mi viaje, y creo que la culpa no es de la
ciudad, sino de una "aficionada" a guía que no solo me hizo desperdiciar
el dinero de la excursión de S2S, sino perder la oportunidad de
descubrir la ciudad.
Pq, tras mi experiencia, debo recomendar
a todo el mundo que en cualquier puerto, ciudad, paraje, etc del mundo
al que vaya, si puede visitarlo sin excursión concertada, que lo haga, pq un mal guía, os hará odiar una ciudad, o viajar, etc. Arriesgarte
a un mal guía, y más en un crucero, es perder la oportunidad
posiblemente única de conocer un lugar al que seguramente no volverás.
Uff, que melodrama me ha salido, jeje.
Centrándonos en mi viaje. Como era costumbre en nuestro viaje, en Bergen nos hizo un sol y calor nunca vistos por los Noruegos.
No lo he comentado, pero el sol y el calor en Noruega supone que los
jardines, espacios abiertos, balcones, o cualquier cachito donde
tumbarse en medio de la calle se llene de blancas/os noruegos en paños
menores (no tienen nuestro pudor, en calzoncillos si hace falta) a tomar
el sol.
La excursión consistía en una vuelta en autobús, que primero nos
acercaba al funicular. El funicular, como todo en Noruega, es caro,
cerca de 12€ por persona. Cuando os acerquéis, sobre todo a 1º hora, os
parecerá que hay mucha cola. Y la hay, pero que no cunda el pánico. Es
cola para subir. Lo sé bien pq justo me tocó esperar turno para subir
delante de la taquilla.
Las taquillas están vacías pq casi todo son grupos, en los que los guías
compran todos lo billetes de una tacada. Lo mejor que se puede hacer es
que uno se ponga en la cola, y el otro vaya a comprar los billetes.
Según me comentaron, si dejas el funicular para el final de la visita,
ni siquiera había cola.
En Bergen existe la Bergen Card (unos 20€), que en temporada turística
te sirve para un 50% de descuento en el funicular, además de incluirte
el bus hop on hop off y entradas a museos y algunos descuentos.
Sinceramente, en el tiempo de la visita que te deja un crucero no creo
que haga falta ni excursión programada ni la Bergen Card, salvo que
tengas especial interés en un museo concreto.
La subida en el funicular es interesante, sobre todo a quienes le gusten
las alturas, como es mi caso. En mi personal opinión no da nada de
vértigo, ni mareo ni nada parecido, es bastante suave.
Las vistas como es natural son bellas, pero no comparables a Gerianger o Alesund.
Nosotros bajamos en el mismo funicular, pero al parecer en la parte trasera del mirador hay un camino senderista "amable" con trolls tallados de madera, etc, que según comentaba todo el que lo había hecho, era muy interesante.
Después la excursión consistía en darte vueltas en bus por la ciudad,
"explicando" la guía lo que había que ver .... aquí la biblioteca, alla
el colegio donde yo estudié, acá el hospital con tantas camas, etc ....
Me imagino que si la señorita hubiera tenido algún talento para su
trabajo no me hubiera parecido el tostón que me pareció. No bajaron del
bus para ver de lejos el palacio donde se aloja la familia real cuando
está de visita, y la guía nos informó que estaban los príncipes, e
incluso vimos coches oficiales de lejos.
Para finalizar nos dejaron al lado de mercado del pescado y de las casas
de la Liga Hanseática. Con la guía dimos un breve paseo por entre las
casas de madera con escuetas explicaciones por su parte, no dejó tiempo
libre, y nos indicó el camino de vuelta al barco andando o a la hora en
la que nos podíamos volver en el bus de la excursión.
El mercado de pescado y la zona centro de Bergen (city sentrum)
está a unos escasos 15 paseando, cruzando unos jardines y castillos
medievales, así que por supuesto, elegimos volver caminando.
Recorrimos algo más el muelle de la liga Hanseática, estas casas eran
las casas de los comerciantes alemanes afincados en la ciudad, que eran
de origen alemán. El señor feudal no les permitía mezclarse con los
noruegos, ya que en pocos años hubieran gobernado la ciudad por su gran
número. Su interés era el comercio del pescado, en especial del bacalao.
Este muelle está protegido por la Unesco, y actualmente está en uso,
con tiendas más modernas. En una de ellas está ubicado el museo, pero no
se cuanto cuesta la entrada. Entre estas casas está el bar más antiguo
de Bergen, (para mi desgracia, toda esta información NO me la dió mi
guía ... me la contaron de otros guías).
Como justo al lado está el mercado de pescado, fuimos a visitarlo.
Ya no solo tiene pescado, también embutidos, ropa, artesanía local, y
típicos souvenirs. En la gran mayoría de los puestos hablan español. Y
te dan a probar, de la pasta de salmón, de las huevas de salmón, del
salmón ahumado clásico, del ahumado al vapor caliente, de la carne de
ballena, etc...
Mucho cuidado con lo que se compra. Cuestión a parte de los precios, 90€
el kilo de carne de ballena, o 70€ el de salmón salvaje, es que yo vi con mis propios ojos como en el barco te quitaban el pescado comprado al corte..
Supongo que todas las semanas no son tan estrictos, y trucos para
pasarlos habrá (te revisan las mochilas... no la ropa, y si no hace
calor, pues claro, algo puedes colar), pero el riesgo de gastare 50€
para perderlos en el barco, no le puede hacer mucha gracia a nadie. Los
productos enlatados, o envasados, con etiquetaje, no daban problemas,
pero ese salmón que te dicen que te envasan al vacío y dura 10 días, con
bolsa térmica, etc .... quitado en el control de acceso del barco.
Para consuelo de los amantes del salmón, como es mi caso, nos queda el
de Ikea, que aunque son suecos, traen el salmón de Bergen, y en el
Mercadona también
Ya visto el mercado, probado gratis el salmón y la ballena, callejeamos
algo por la ciudad. Estaban montando unas esculturas de madera, y todo
era muy alegre. Había visita de la familia real y todo. Ya de camino al
barco decidimos pasar por los jardines y antigua fortaleza medieval, y
para nuestra sorpresa, una vez dentro, vimos a un batallón de la marina
preparados para recibir a los príncipes (eso nos dijo la guía, ella tan
bien informada, jeje), preguntamos y nos dijeron que en 5 min llegaban
King and Queen, ¡toma ya¡ .... La guía se ve que no había visto las
noticias, pero nosotros nos quedamos allí, para ver unos reyes a 5
metros de distancia.
Cierto, una vez llegó la comitiva, era el Rey Harald, que está bastante
mayor, con la Reina Sonja. De repente soltaron unos 20 cañonazos (que
susto, no me lo esperaba) el Rey pasó revista, y sin saludar ni nada ...
entraron a una recepción en el edificio interior de la fortaleza que
por motivos de seguridad no pudimos visitar.
Un poco secos los reyes noruegos, pero fue una anécdota curiosa del
viaje. En un plis de nuevo en el barco, y con tiempo de sobre para
almorzar y descansar, que mañana nos toca un día duro.
Para finalizar sobre Bergen, y para futuros visitantes, lo interesante
de la ciudad se visita a píe. En el tiempo que nos dejó libre mi guía
casi me la vuelvo a recorrer entera. Mi plan sería visitar el Muelle
Hanseático y el Mercado 1º, pasear por la ciudad, acercarse a las
Iglesias (que solo pude ver desde el Bus), y después tirar para el
funicular, pero bajar del funicular andando. Para ir del barco al
centro, pasar por la fortaleza medieval, con sus jardines, se acorta y
es un camino más agradable.
Es tan buena ciudad para hacer compras como cualquier otra, pero tiene
poco que visitar, así que sobran horas, y es buen día para curiosear
tiendas. A mi siempre me gusta entrar en los supermercados locales, se
encuentran mejores productos, más baratos, y se aprende mucho.
A tener en cuenta, que esa noche era la Cena de Gala con el Capitán.
Como era nuestro 3º crucero, nos saltamos la recepción para ver salir el
barco del Fiordo a Mar abierto. La verdad que la salida de ese Fiordo
es diferente. Al principio pasamos bajo dos puentes, en uno de ellos muy
justo. El Fiordo es mucho más ancho, con muchas casas a los lados. Como
había tan buen día había muchos noruegos con sus embarcaciones
paseando. Y además, el capitán no se presentó a la cena por sacar el
barco del fiordo. En cuanto sales del Fiordo el barco empezó a moverse
más, y nos fuimos a arreglarnos para la noche. El espectáculo era noche
de humor con un ventrílocuo, y era ameno.
Cena, copas, y a descansar, que mañana tenemos que subir a el PREIKESTOLE
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