sábado, 2 de junio de 2012

Crucero Fiordos Noruegos con Pullmantur 19/05/12. De Trondheim a Copenhague. 5º día. Bergen

Este fue el peor día de mi viaje, y creo que la culpa no es de la ciudad, sino de una "aficionada" a guía que no solo me hizo desperdiciar el dinero de la excursión de S2S, sino perder la oportunidad de descubrir la ciudad.

Pq, tras mi experiencia, debo recomendar a todo el mundo que en cualquier puerto, ciudad, paraje, etc del mundo al que vaya, si puede visitarlo sin excursión concertada, que lo haga, pq un mal guía, os hará odiar una ciudad, o viajar, etc. Arriesgarte a un mal guía, y más en un crucero, es perder la oportunidad posiblemente única de conocer un lugar al que seguramente no volverás.

Uff, que melodrama me ha salido, jeje.

Centrándonos en mi viaje. Como era costumbre en nuestro viaje, en Bergen nos hizo un sol y calor nunca vistos por los Noruegos.

No lo he comentado, pero el sol y el calor en Noruega supone que los jardines, espacios abiertos, balcones, o cualquier cachito donde tumbarse en medio de la calle se llene de blancas/os noruegos en paños menores (no tienen nuestro pudor, en calzoncillos si hace falta) a tomar el sol.

La excursión consistía en una vuelta en autobús, que primero nos acercaba al funicular. El funicular, como todo en Noruega, es caro, cerca de 12€ por persona. Cuando os acerquéis, sobre todo a 1º hora, os parecerá que hay mucha cola. Y la hay, pero que no cunda el pánico. Es cola para subir. Lo sé bien pq justo me tocó esperar turno para subir delante de la taquilla.

Las taquillas están vacías pq casi todo son grupos, en los que los guías compran todos lo billetes de una tacada. Lo mejor que se puede hacer es que uno se ponga en la cola, y el otro vaya a comprar los billetes. Según me comentaron, si dejas el funicular para el final de la visita, ni siquiera había cola.

En Bergen existe la Bergen Card (unos 20€), que en temporada turística te sirve para un 50% de descuento en el funicular, además de incluirte el bus hop on hop off y entradas a museos y algunos descuentos.
Sinceramente, en el tiempo de la visita que te deja un crucero no creo que haga falta ni excursión programada ni la Bergen Card, salvo que tengas especial interés en un museo concreto.

La subida en el funicular es interesante, sobre todo a quienes le gusten las alturas, como es mi caso. En mi personal opinión no da nada de vértigo, ni mareo ni nada parecido, es bastante suave.
Las vistas como es natural son bellas, pero no comparables a Gerianger o Alesund.
Nosotros bajamos en el mismo funicular, pero al parecer en la parte trasera del mirador hay un camino senderista "amable" Doblemente malvado con trolls tallados de madera, etc, que según comentaba todo el que lo había hecho, era muy interesante.

Después la excursión consistía en darte vueltas en bus por la ciudad, "explicando" la guía lo que había que ver .... aquí la biblioteca, alla el colegio donde yo estudié, acá el hospital con tantas camas, etc .... Me imagino que si la señorita hubiera tenido algún talento para su trabajo no me hubiera parecido el tostón que me pareció. No bajaron del bus para ver de lejos el palacio donde se aloja la familia real cuando está de visita, y la guía nos informó que estaban los príncipes, e incluso vimos coches oficiales de lejos.

Para finalizar nos dejaron al lado de mercado del pescado y de las casas de la Liga Hanseática. Con la guía dimos un breve paseo por entre las casas de madera con escuetas explicaciones por su parte, no dejó tiempo libre, y nos indicó el camino de vuelta al barco andando o a la hora en la que nos podíamos volver en el bus de la excursión.
El mercado de pescado y la zona centro de Bergen (city sentrum) está a unos escasos 15 paseando, cruzando unos jardines y castillos medievales, así que por supuesto, elegimos volver caminando.

Recorrimos algo más el muelle de la liga Hanseática, estas casas eran las casas de los comerciantes alemanes afincados en la ciudad, que eran de origen alemán. El señor feudal no les permitía mezclarse con los noruegos, ya que en pocos años hubieran gobernado la ciudad por su gran número. Su interés era el comercio del pescado, en especial del bacalao. Este muelle está protegido por la Unesco, y actualmente está en uso, con tiendas más modernas. En una de ellas está ubicado el museo, pero no se cuanto cuesta la entrada. Entre estas casas está el bar más antiguo de Bergen, (para mi desgracia, toda esta información NO me la dió mi guía ... me la contaron de otros guías).

Como justo al lado está el mercado de pescado, fuimos a visitarlo.
Ya no solo tiene pescado, también embutidos, ropa, artesanía local, y típicos souvenirs. En la gran mayoría de los puestos hablan español. Y te dan a probar, de la pasta de salmón, de las huevas de salmón, del salmón ahumado clásico, del ahumado al vapor caliente, de la carne de ballena, etc...

Mucho cuidado con lo que se compra. Cuestión a parte de los precios, 90€ el kilo de carne de ballena, o 70€ el de salmón salvaje, es que yo vi con mis propios ojos como en el barco te quitaban el pescado comprado al corte.. Supongo que todas las semanas no son tan estrictos, y trucos para pasarlos habrá (te revisan las mochilas... no la ropa, y si no hace calor, pues claro, algo puedes colar), pero el riesgo de gastare 50€ para perderlos en el barco, no le puede hacer mucha gracia a nadie. Los productos enlatados, o envasados, con etiquetaje, no daban problemas, pero ese salmón que te dicen que te envasan al vacío y dura 10 días, con bolsa térmica, etc .... quitado en el control de acceso del barco.

Para consuelo de los amantes del salmón, como es mi caso, nos queda el de Ikea, que aunque son suecos, traen el salmón de Bergen, y en el Mercadona también Mr. Green

Ya visto el mercado, probado gratis el salmón y la ballena, callejeamos algo por la ciudad. Estaban montando unas esculturas de madera, y todo era muy alegre. Había visita de la familia real y todo. Ya de camino al barco decidimos pasar por los jardines y antigua fortaleza medieval, y para nuestra sorpresa, una vez dentro, vimos a un batallón de la marina preparados para recibir a los príncipes (eso nos dijo la guía, ella tan bien informada, jeje), preguntamos y nos dijeron que en 5 min llegaban King and Queen, ¡toma ya¡ .... La guía se ve que no había visto las noticias, pero nosotros nos quedamos allí, para ver unos reyes a 5 metros de distancia.

Cierto, una vez llegó la comitiva, era el Rey Harald, que está bastante mayor, con la Reina Sonja. De repente soltaron unos 20 cañonazos (que susto, no me lo esperaba) el Rey pasó revista, y sin saludar ni nada ... entraron a una recepción en el edificio interior de la fortaleza que por motivos de seguridad no pudimos visitar.

Un poco secos los reyes noruegos, pero fue una anécdota curiosa del viaje. En un plis de nuevo en el barco, y con tiempo de sobre para almorzar y descansar, que mañana nos toca un día duro.

Para finalizar sobre Bergen, y para futuros visitantes, lo interesante de la ciudad se visita a píe. En el tiempo que nos dejó libre mi guía casi me la vuelvo a recorrer entera. Mi plan sería visitar el Muelle Hanseático y el Mercado 1º, pasear por la ciudad, acercarse a las Iglesias (que solo pude ver desde el Bus), y después tirar para el funicular, pero bajar del funicular andando. Para ir del barco al centro, pasar por la fortaleza medieval, con sus jardines, se acorta y es un camino más agradable.

Es tan buena ciudad para hacer compras como cualquier otra, pero tiene poco que visitar, así que sobran horas, y es buen día para curiosear tiendas. A mi siempre me gusta entrar en los supermercados locales, se encuentran mejores productos, más baratos, y se aprende mucho.

A tener en cuenta, que esa noche era la Cena de Gala con el Capitán. Como era nuestro 3º crucero, nos saltamos la recepción para ver salir el barco del Fiordo a Mar abierto. La verdad que la salida de ese Fiordo es diferente. Al principio pasamos bajo dos puentes, en uno de ellos muy justo. El Fiordo es mucho más ancho, con muchas casas a los lados. Como había tan buen día había muchos noruegos con sus embarcaciones paseando. Y además, el capitán no se presentó a la cena por sacar el barco del fiordo. En cuanto sales del Fiordo el barco empezó a moverse más, y nos fuimos a arreglarnos para la noche. El espectáculo era noche de humor con un ventrílocuo, y era ameno.

Cena, copas, y a descansar, que mañana tenemos que subir a el PREIKESTOLE

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